A pesar del mal tiempo, las lluvias y el “vientazo”
que aplana hasta las ideas, en esta
ocasión nos negamos sistemáticamente a quedarnos anclados en Madrid.
¿Qué ha nevado? Pues nada mejor que coger el toro por los cuernos, equiparnos
bien, planificar el paseo e irnos con el frío “a Rascafría”, un sitio
incomparable a menos de 100 kilómetros (94 km exactamente) de la ciudad.
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No hay excusas posibles. En coche, autobús o tren es
sencillo llegar.
¿Qué vais a usar el primero?
Debéis coger la
A1 hasta la salida 69, desde donde se
toma la M604, dirección Rascafría.
En
autobús: Desde Madrid (Plaza Castilla). Línea 194
(Continental Auto)
Tren: Desde
Madrid. Línea C8B hasta Cercedilla, de allí Línea C9 hasta el Puerto de Los
Cotos.
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Si no lo conocéis, os aseguro que el paisaje es
espectacular y vale la pena visitar el Parque Natural no una, sino repetidas
veces y en cualquier época del año.
En invierno, hasta llegar al Puerto de Navacerrada, se
suceden los pinares cargados a reventar de
nieve, piornales, enebrales y pastizales de cumbre por los que se cuelan tibios
rayos de sol.
Tejados blancos soportan sin rechistar el peso de los
copos.
La naturaleza deja su impronta en las huellas “labradas por los hielos glaciares que hace
unos 18.000 años cubrían la zona con un manto de hasta 300 metros de espesor”.
(La posterior retirada de los hielos dejó a la vista
un modelo glaciar bien conservado, único en la Comunidad de Madrid)
Los contrastes enriquecen el paisaje que se ve
salpicado aquí y allá por charcas, riachos, ríos, turberas y lagunas que no
siempre siguen un patrón, y protegen más de 200 especies de líquenes y 340 de
plantas de las que muchas son singulares por su rareza, amenazadas por el
peligro de extinción.
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A lo nuestro… que ya es hora de comer…
Os indico “el
lugar” inimitable, inigualable, único: el restaurante Pinosaguas
(Pasaje La Isla-Rascafría)
(TE 91 869
10 25 ó 91 110 70 17)
(Se llega a él por la Nacional 1 hasta
Lozoyuela.
En el
kilómetro 69 hay que coger el desvío a Rascafría-Puerto Navacerrada y seguir
por la 604 hasta el kilómetro 31/32.
(No hay
pérdida posible, pero si os despistáis nada mejor que llamar aún a mitad de
camino y pedir “alguna que otra indicación” que aseguro dan con auténtica
amabilidad)
La sencillez e incluso austeridad del restaurante
visto desde fuera, es solo “una fachada” ya que el comedor es sinónimo de
elegancia, confort y calidez que nace en su chimenea (siempre encendida) y
trepa por sus paredes de piedra y hormigón envolviendo y mimando al visitante.
Jamás he probado unas
croquetas tan deliciosas como las de Andrés (Santiago Alonso) que junto con
su mujer Maribel (Bartolomé) son dueños y señores del restaurante.
Muchos son los que hacen un alto en el camino y se
acercan (durante todo el año) para
disfrutarlas y saborear cada migaja.
Las hay de:
.Jamón y
pollo. Salmón ahumado y setas. Cabrales y piñones.
(10
croquetas. 8,90 euros)
Como aperitivo ¡genial!.
Pero no hay que marcharse sin probar su rabo de toro, carnes, verduras frescas que
cogen día a día de los manantiales, guisos y cocina tradicional o su menú
diario que ¡está fenomenal tanto por la variedad como por el precio!
Ahí va un
ejemplo:
Primeros
(a elegir)
.Judiones
con matanza
.Sopa
Castellana
.Judías
verdes rehogadas con jamón
Segundos
(a elegir)
.Entrecot de
ternera (con guarnición de patatas a lo pobre,
asadas, fritas o ensalada)
.Pechugas de
pollo rellenas de jamón y queso (con guarnición)
.Rabo de
choto estofado (con guarnición)
Postres
(a elegir)
.Flan de
huevo casero
.Arroz con
leche
.Piña
natural
O café
.Pan y
bebida
Total: 11,90
euros
¡Me
olvidaba!. Cierra los martes. Si vais a almorzar un fin de semana, lo mejor es
reservar.
Repito el
teléfono de contacto: 91 869 10 25/ 91 110 70 17)
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El pueblo de
Rascafría está a pocos kilómetros de
allí, y si la idea es pasar un fin de semana, hacer puro y duro relax o largas
caminatas, paseos en bicicleta o a caballo y tener un sitio donde dejar las maletas dormir y descansar…¡lo
tengo!
El
Caserón de Trastamara (Plaza de Trastamara 11)
lo dirige Maribel Bartolomé (también dueña del
restaurante Pinosaguas) y aseguro que no os va a defraudar con sus 8
habitaciones dobles con baño privado y televisión, y 1 sencilla para quien
quiera ir “alone” (solo) y no en pareja a mirar el paisaje y descansar)
El hotel con
encanto – junto a la iglesia de San Andrés- era un antiguo pajar de “los
Trastamara”, protegido por Patrimonio de la Comunidad de Madrid, decorado a
base de piedra, madera, lajas y vigas originales (del siglo XIV) que ya
pertenecían a la antigua construcción.
(Para
cualquier pregunta o consulta sobre precios llamad a Maribel a su móvil
personal: 620 23 32 66 es un cielo de persona y os dará toda clase de detalles.
Si queréis echarle una ojeada a la hospedería, paso enlace: www.caserontrastamara.es)
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En Rascafría hay empadronadas 1.600 personas (pero en
verano se duplica la población).
Pequeño y acogedor a un costado de una de las calles
principales, el río Artiñuelo corre alborotado
con pretensiones de un canal hasta juntarse con el Lozoya “saludando a su
paso” al puente Pericotón, el más antiguo del lugar (siglo XIV)
La buena y abundante comida es una de las atracciones
de Rascafría y en tren de probar ¡¡¡hay que probar!!!
En La Antigua
Tahona encontraréis:
.Tagliatelli
con Boletus. (9 euros)
.Delicias de
Boletus a la trufa (10 euros)
.Spaghettis
con ajo, aceitunas, guindillas (chiles secos de color rojo), setas y Parmesano (9 euros)
.Paté de
pavo casero con frutas del bosque (9 euros)
.Sopa
castellana (6 euros)
Podría seguir y seguir enumerando las “bondades” de
Rascafría.
Pero lo mejor es ir, comprobar la majestuosidad de sus
paisajes y la cordialidad de sus gentes.
Pasar un estupendo fin de semana o hacerse una
escapada corta para después cambiar impresiones y empezar a charlar.
¡Hasta la próxima!
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